Hasta el 8 de abril se pueden visitar las dos muestras que abren el programa anual de la galería de Vitacura. La primera, a cargo de los mellizos Marcela y Pablo Serra, deja en evidencia la vulnerabilidad de la pintura frente a la violencia que impera en las imágenes contemporáneas. Mientras que Sebastián Preece, en la Sala Gráfica, reflexiona en torno a los ciclos de vida de los espacios públicos.
Por primera vez juntos en una muestra, los mellizos Marcela y Pablo Serra Marino hacen eco de la aceleración de las imágenes y de la fragilidad de los medios digitales. Un duro territorio para esta dupla de hermanos que se proponen desmantelar una narrativa de violencia y adoctrinamiento en formato de solapado espectáculo. Bajo el título “Last shelter: realismo sin renuncia”, exploran la permanente crisis de la pintura y su relación con los medios de comunicación, la digitalización de la imagen y la industria del entretenimiento.
Ambos artistas hacen referencia en su trabajo a las diversas expresiones de la violencia en el imaginario popular (cine, los videojuegos y propaganda) para dejar en evidencia los estatutos de la imagen y sus soportes ideológicos. Ambos trabajos se unen mediante el ejercicio de la pintura como último refugio ante la hipercirculación y aceleración de las imágenes en los medios tecnológicos-digitales, las cuales inevitablemente se vuelven referentes pictóricos de una era.
En el segundo piso de la galería, en la Sala Gráfica, el connotado artista Sebastián Preece presenta “Precipitar”: un cuerpo de obra que ahonda en torno al ciclo de vida de los espacios arquitectónicos y su relación con los individuos que los habitan. En el 2014, Preece presentó la exitosa muestra “Puertas” en la Sala Principal, donde una instalación de 58 puertas rescatadas de una penitenciaria de Rancagua deja ver huellas de encierro, soledad y esperanza.
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