La ciudad que todavía conserva su estilo inglés y que se ha convertido en un paradero antes de seguir camino a la Antártica, es un epicentro de cultura, moda, orfebrería, gastronomía, hotelería y patrimonio. Aquí revelamos los imprescindibles de una temporada vibrante que mantiene firme su elegancia de cara a la australidad.
Por Gente de Caras
La historia y sus misterios siguen siendo el principal sello de Punta Arenas. Desde los tiempos de Sara Braun, la viuda que regaló los terrenos del Cementerio que lleva su nombre y que estuvo al frente de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego, la ciudad todavía conserva intacta su fisonomía palaciega e internacional.
Para el alcalde Claudio Radonich, la fuerza del turismo antártico marca su desarrollo y futuro, “no sólo porque aquí está el aeropuerto con más tráfico aéreo camino al continente helado, sino porque más de 23 países del mundo ven a Punta Arenas como base científica. Además, es una ruta de cruceros, una parada entre Londres y
Los Ángeles, algo que va en una carrera ascendente con una expectativa de 171 recaladas anuales… Somos una urbe pequeña, pero con mucha fuerza cultural, con grandes hitos editoriales, o el hecho de ser precursores del cine desde el 1920”, sostiene. Una sociedad que, desde sus inicios, estableció una diversidad horizontal que está abierta a desafíos de gran envergadura, como las plantas de hidrógeno verde que comienzan a funcionar entre fiordos y canales para producir el combustible de menos impacto en los ecosistemas.
En medio de avances y desafíos, el estilo de vida de los magallánicos posee su propia escena gastronómica, cultural, de diseño, hotelería y más. Con especial acento en los productos regionales y con la referencia obligada de la australidad, esta vez recorrimos los tesoros de una ciudad que mantiene a raya su elegancia y sofisticación.
La Yegua Loca
En la ciudad de Punta Arenas, a los pies del Cerro de la Cruz, y con impresionantes vistas al Estrecho de Magallanes se ubica el Hotel Boutique y Restaurante La Yegua Loca. Sobre una antigua casona de corte inglés, construida en el año 1929, la recomendación es comenzar con su trío de sours. Primero con calafate, luego potro sour (pisco macerado en mate y frutos rojos) y, finalmente, con Flor de Sauco.
En los platos, imperdible es la textura de ostiones envueltos en panceta ahumada, con salsa cítrica de perejil y jengibre. O bien, los ostiones salteados en mantequilla sobre chutney de damascos turcos, o la receta de ostiones macerados en limón sobre cremoso de ají, ruibarbo y salsa criolla. En La Yegua Loca, los canelones de pasta al huevo
son rellenos con ragú de centolla y queso crema, mientras que el garrón de cordero y vilba croata se ofrece con reducción de ciruelas al vino tinto y calafate, acompañada de espinacas a la crema y papas regionales de colores con tocino. En los postres, las peras
glaseadas en carménère sobre tierra de frutos secos y salsa de ruibarbo compiten con la panna cotta de rosa mosqueta acompañada de pisco macerado en yerba mate. También hay turrón de pistacho, coulis de frutillas con crumble de avellanas y caviar de menta. Pero nada más asombroso que el picarón con ron añejo, caldo de cítricos, naranja, chancaca y un touch de cerveza negra que se monta sobre una base que emula una estufa magallánica encendida con palos de canela. Una experiencia magallánica, con audaces toques contemporáneos, bajo la mano del chef Cristián Figueroa y más de 40 etiquetas de vinos.
+56971720877 @hotelyegualoca
Damiana Elena
El proyecto gastronómico de Julián Fernández y Martín Trebotic es uno de los más emblemáticos de la ciudad. Una enorme casona en calle Magallanes que se anuncia sin aspavientos como una absoluta aventura gastronómica. Cada día se explican los platos a los comensales, sin uso de cartas. Tal como lo hizo por décadas una de las abuelas de los propietarios, la mismísima Damiana Elena, quien se destacaba como gran anfitriona, dueña de casa y ahora es ella quien le da nombre y estilo a este restaurant.
Un total de 23 mesas para 70 personas con recetas de cocina antigua chilena como el pulpo a la vinagreta, los ostiones al pil pil, o el carpaccio de res, atún y jamón serrano, que se puede acompañar de su sorprendente calafate sour. En los platos de fondo, ñoquis con tinta de calamar y crema de limón con camarones.
El plato de la casa es una pasticiatta de canelones caseros de pollo y espinaca con crema de nueces y queso philadelphia. Otras opciones son el estofado de res con pappardelle, los ca
llos a la madrileña, el conejo arvejado, el lomo de cerdo ahumado con chutney de frambuesa y chucrut, además de las mejillas de congrio apanadas con salsa de cilantro, o el salmón con crema de limón y risotto de erizos. En los postres, la famosa isla flotante, una versión más audaz de la leche nevada más salsa de caramelo, junto a preparaciones de
crème brulée, suspiro limeño y helado de berries. La impronta de Damiana Elena, desde sus orígenes, es una cocina auténtica inspirada en la calidad de los productos magallánicos y sus históricas recetas. Este restaurant, como dato complementario, fue el lugar escogido por el actual presidente Gabriel Boric el día anterior a su triunfo electoral, además de ser uno de los elegidos de los reyes Harald V y Sonja de Noruega en su paso por Magallanes. Sólo atiende de martes a sábado en horario de comida.
+56612222818 @damiana.elena.restaurant
Olé Tapas & Copas
En la Plaza Muñoz Gamero, en el segundo piso y donde funciona el tradicional edificio del Club Español, Pablo Barría Bauerle, Cristóbal Barredo y Cristián Torres se unieron para crear Olé Tapas & Copas. Con música en vivo, de jueves a domingo, ofrecen noches de jazz, rock, blues y música electrónica.
La gastronomía se impone desde una impronta española para evolucionar a ‘lo abundante y criollo’ de la cocina magallánica, con recetas como la tabla chavales, con cerdo, pollo, camarones y papas fritas.
En la coctelería, tragos como el Moscow Mule o Joder Macho: con gin, pepino, goma, jugo de limón y hojas de menta. Su terraza, sobre la plaza de la ciudad, brinda una vista panorámica privilegiada al atardeceder.
+56946316403 @tapascopas
Hotel Cabo de Hornos
Elegido por la Comisión Bicentenario como la obra de la arquitectura más emblemática de Magallanes, el hotel Cabo de Hornos ha sido refugio de presidentes, figuras del cine y grandes científicos desde su fundación. Fue en 1962 cuando abrió sus puertas junto a una histórica muestra del pintor chileno Pacho Altamirano. Actualmente, su remodelación estuvo a cargo del arquitecto Pedro Kovacic y la oficina de diseño de Enrique Concha, quienes se encargaron de generar una impronta entre vernácula y contemporánea. Para Pilar Agüero, gerente general del hotel, “el turista de hoy busca un servicio cada vez más personalizado y, a la vez, inmerso en la cultura local, prefiriendo lugares, productos y servicios que valoran la autenticidad patrimonial.
Nuestro hotel es un ícono de la ciudad, lo que se refleja en su edificio histórico e interiorismo”. Y agrega: “Otra gran tendencia de estos tiempos se refiere al turismo consciente. Hoy las personas optan por alternativas más sostenibles y responsables con el medio ambiente, lo que nos ha motivado aún más a incorporar en cada una de nuestras decisiones una conciencia sustentable”.
De cara al futuro, Pilar Agüero adelanta un proyecto de extensión con una nueva torre para 70 habitaciones, gimnasio y mejoras significativas en las áreas de servicio. “Estos espacios se incorporarán al casco histórico de la ciudad, por lo que nos hemos preocupado de que conserven la tradición patagónica propia de nuestra marca”, sostiene.
@hotel_cabodehornos 56-61-2715000
Sandra Vukasovic
Lleva más de 30 años con su tienda de exclusividades que, actualmente, mantiene una fiel clientela. Puntarenense de toda la vida, explica: “Aquí es otoño-invierno todo el año, pero la gente igualmente necesita experimentar el cambio de temporada, es como un respiro. Así, el clima juega un rol importante en texturas, colores y materiales”. Desde su perspectiva, la mujer puntarenense es una de las más producidas del país.
“Se preocupa de verse bien, aunque gran parte de su vida suceda en su propia casa. Por eso, trato de incorporar materiales locales, como lanas y pieles”, prosigue. Otra característica de la mujer magallánica, añade, “es que observa mucho hacia afuera y, al mismo tiempo, busca en lo local, dice esta diseñadora que también elabora su línea de ropa en Turquía… Aquí definitivamente hay una tendencia distinta a lo que pasa en otras regiones del país”, subraya.
@sandravukasovicm
Casas con estilo
La casa de Valentina Gutiérrez, decoradora y diseñadora de ambientes, habla de la fuerza del paisaje a la hora de crear espacios. Luego de cuatro años en Punta Arenas y casada con el empresario John Gysling, cuenta que se trata de una construcción contemporánea en hormigón y lenga que se despliega con vista al Estrecho de Magallanes, en el km 12 de la Ruta Norte de Punta Arenas. La obra es de la dupla de arquitectos María Jesús Arellano y Jaime Gysling.
En una línea más nostálgica y patrimonial, la casa del chef Julián Fernández, en la calle Lautaro Navarro, habla del rescate que hizo su propietario de esta construcción da maderas nobles como roble y pino oregón que data del 1.800. Con cinco chimeneas originales, se hizo una reforma completa, incluso de sus cimientos, aunque se conservó la mayoría de detalles posibles de la estructura original. Actualmente, está decorada con objetos familiares, pinturas, grabados y dibujos de la etapa colona inglesa en la Patagonia.
Casa colonial inglesa recuperada por Julián Fernández
La periodista Andrea González y su casa recuperada en la calle José Miguel Carrera
En medio de la ciudad, en la calle José Miguel Carrera, la casa de la periodista Andrea González es una propiedad de los años 30 y que fue completamente restaurada, siempre conservando materiales tradicionales de la zona como el zinc y la calamina. Con doble altura y chimeneas de ladrillo, “fue una gran tarea de renovación con el fin de que tuviera una aislación eficiente, así conservamos la boiserie y cielos de madera”, dice. En la decoración, se apostó por una mezcla de objetos contemporáneos, étnicos y locales.
Paola Vezzani
Desde el 2016, la artista visual y escultura Paola Vezzani mantiene una galería de arte y tienda con objetos de autor bajo la influencia permanente del paisaje. “Para mí es algo que está ligado a la necesidad de la conservación. Lo presento de manera frágil, donde el ser humano y la naturaleza aparecen cono una sola cosa. Es decir, cohabitamos con el mundo que nos rodea”.
Shakleton’s Way Ship Agents & Suppliers
Camino a cumplir cuatro años, la agencia naviera y de logística Shakleton’s Way funciona como un apoyo integral para cruceros y expediciones al continente blanco. A cargo de Milenko Buljan, Laura Ivelich y Adolfo Patiño, también recuperaron una casa centenaria en la calle Pedro Sarmiento de Gamboa, antigua propiedad de la familia Kusanovic y que había sido construida a partir de materiales nobles y de sofisticados cajones de embajalaje debido a la escasez de material constructivo hace más de un siglo.
Agregaron nuevos volúmenes interiores a través de muros y divisiones. Ella, de profesión ingeniero comercial, se hizo cargo del diseño, remodelación y reforzamiento de la construcción mediante vigas de acero recuperadas de antiguas bases antárticas de Korea, Ucrania y España”, explica.
+56957203454
Marcela Alcaíno
La orfebre Marcela Alcaíno trabaja desde 35 años en su taller que antes fue la casa de sus bisabuelos. “Mi inspiración siempre ha sido el territorio bajo una mirada étnica. Observo la flora, los animales y el paisaje agreste que se impone”, manifiesta. La joyería contemporánea, de este modo, es su lenguaje de divulgación.
“Trabajo con plata y me defino también como platera. He formado a la mayor parte de los joyeros de Punta Arenas. Para mí es fundamental en la vida la transmisión del oficio y fui la primera en trabajar sobre la iconografía del pueblo Selk’nam”, concluye.
+56998852617 @marcela_alcaino_joyas