La firma suiza supera un siglo de historia y lo hace de la mano de la reedición de sus clásicos, los mismos que se inspiran en obras magníficas de la arquitectura. Desde la Opera de Rennes al icónico puente de Sidney.
Por Alfredo López
La historia de la firma comienza cuando su creador, Georges Schaeren, un experto relojero suizo, funda su propio taller en la ciudad de Biel/Bienne. No lo hizo en un momento al azar, sino que fue el 11 de noviembre de 1918, el mismo día del Armisticio. Desde esta fecha simbólica, MIDO (que proviene de la frase “Yo mido”, que significa medir el tiempo) se ha propuesto mirar el futuro con absoluta confianza, al igual que la fuerza visionaria de su fundador que vio en una fecha de paz el camino para emprender una ruta de precisión y tecnología. En el 2018, cuando la compañía celebró su centenario siguiendo el camino trazado por Schaeren, una vez más salieron adelante los valores que han sido parte esencial del ADN de Mido durante un siglo: diseño atemporal, materiales de calidad e innovación técnica.
Hoy, Mido tiene su sede en la ciudad de Le Locle, en el corazón de las montañas suizas del Jura. Hasta hoy la marca comparte estos valores esenciales con algunas glorias arquitectónicas icónicas de las que se inspira para sus colecciones. Tecnología de vanguardia, movimientos automáticos reconocidos por su excelencia y materiales de alta calidad son los tres pilares sobre los que descansa la experiencia única de Mido. Además de diseños refinados y discretos de una calidad decididamente atemporal. Más allá de la moda y las tendencias pasajeras, los relojes Mido se distinguen por su durabilidad
En esta temporada, hay novedades. Como el reeditado Baroncelli Signature, donde la firma eleva uno de sus modelos insignia con un clasicismo y una fiabilidad técnica aún mayores. La marca ha iniciado este desarrollo equipando los modelos Baroncelli con un resorte de equilibrio en Nivachron® por primera vez. Con garantía de precisión, reduce el efecto de los campos magnéticos, además de resistir los choques y los efectos del tiempo. Presentado como un par, el Baroncelli Signature está disponible para los entusiastas de la relojería en una versión femenina de 30 mm y una versión masculina de 39 mm. Intensamente elegante y atemporal, cuenta con una esfera azul profundo cuya superficie muestra varios tipos de acabado, incluida una decoración tradicional, llamada "Clou de Paris". La luz que juega con el acero pulido de la caja y el brazalete enfatiza las líneas elegantes que se extienden hacia el cristal de zafiro abovedado sobre la parte frontal del reloj. Pulsando al ritmo del Calibre 48 o del Calibre 80 según la versión, Mido ha creado un éxito mecánico y estético que es una expresión perfecta de su saber hacer relojero.
Su arquitectura redondeada se hace eco de las curvas de las notas musicales: la Ópera de Rennes destaca tanto por su rico programa de actuaciones como por la armonía de su construcción neoclásica. Desde lo alto de su fachada, las estatuas de las Musas de la Antigüedad vigilan simbólicamente las artes. Emblemática de la experiencia relojera de Mido, la colección Baroncelli, creada en 1976, celebra la belleza atemporal de este edificio de la música.
Nobleza y discreción
La esfera azul de Baroncelli Signature combina múltiples texturas y efectos de luz, desde el acabado satinado de rayos de sol en el centro y en el círculo de la hora hasta el borde estriado y la decoración "Clou de Paris", un patrón clásico estampado de ondas que dota a una superficie de reflejos geométricos. Al separar sutilmente las zonas de visualización, estos acabados facilitan la lectura del dial. Los índices y las manecillas de horas y minutos facetadas de estilo alfa se destacan sobre este fondo azul profundo, al igual que el segundero central plano con corte de diamante. La fecha aparece en una discreta apertura a las 3 en punto.
El color azul profundo de la esfera y sus diversos acabados contrasta con el brillo del acero pulido de la caja. Mido optó por reelaborar sus líneas para una versión tan contemporánea como perfectamente atemporal. El modelo masculino tiene un nuevo diámetro más grande de 39 mm, adecuado para todas las muñecas, mientras que sus líneas elegantes, como las de la versión de 30 mm, expresan una delicadeza aún mayor gracias a un bisel y asas más delgadas. Un cristal de zafiro con tratamiento antirreflectante en ambos lados continúa la suavidad de esta silueta refinada en la parte frontal del reloj. La elegancia de Baroncelli Signature se extiende al brazalete de cinco filas en acero inoxidable pulido, que es extremadamente cómodo de llevar.
Mido se inspira para la colección Multifort en la arquitectura del famoso Puente del Puerto de Sydney. El Multifort y el Harbour Bridge son en realidad contemporáneos, ya que ambos se crearon en la década de 1930. Ofreciendo la combinación perfecta de estilo y sustancia, función y estética, Mido celebra este monumento duradero y ultrarresistente con sus características de diseño reconocibles al instante. Las características franjas de Ginebra del Multifort en la carátula nos recuerdan los cables de suspensión del puente. Pero la robustez y la excepcional longevidad de esta colección, que ha estado en producción desde 1934, también definen al Multifort como una creación que ha resistido la prueba del tiempo.
La elegancia del pasado
En azul profundo realzado con toques de PVD oro rosado, el cronógrafo Multifort Patrimony adopta una estética nostálgica y altamente funcional, al igual que los instrumentos de relojería de antaño. El modelo presenta múltiples guiños al pasado, con su cristal de zafiro "glassbox" sobre la carátula y agujas de forma retro en el mismo tono de oro rosado que la caja. La carátula finamente cepillada con efecto rayos del sol presenta un círculo de hora con números arábigos blancos, una escala taquimétrica alrededor del borde, pequeños contadores de cronógrafo en forma de caracol a las 3 en punto y a las 9 en punto, y una apertura de fecha a las 6 en punto. Con su tratamiento PVD oro rosado, la caja de acero inoxidable del Multifort Patrimony Chronograph alterna sutilmente superficies pulidas y satinadas. Sus botones pulsadores en forma de hongo se suman a su encanto como instrumento de cronometraje.
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